PROYECCIÓN MAYO 28
Lugar:Cámara de Comercio
7:15 PM. Auditorio.Cámara de Comercio.
Entrada libre

Dir: Jean Pierre Jeunet
Título original: Le Fabuleux Destin d´ Amelie Pulain
Año: 2001
Duración: 120 mins.
País: Francia-Alemania
País: Francia-Alemania
Música Original:Yann Tiersen
Amélie no es una chica como las demás. Ha visto a su pez de colores deslizarse hacia las alcantarillas municipales, a su madre morir en la plaza de Notre Dame y a su padre dedicar todo su afecto a un gnomo de jardín. Creció y se convirtió en camarera en un bar de Montmartre cuya propietaria es una antigua jinete circense. La vida de Amélie es sencilla: le gusta tirar piedras al Sena, observar a la gente y dejar volar su imaginación. De repente, a sus veintidós años, Amélie descubre su objetivo en la vida: arreglar la vida de los demás. Inventa toda clase de estrategias para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno. Entre ellas está su portera que pasa los días bebiendo vino de Oporto; Georgette, una estanquera hipocondríaca; o “el hombre de cristal”, un vecino que sólo ve el mundo a través de la reproducción de un cuadro de Renoir.
La misión de Amélie se ve trastocada por la llegada de un extraño chico descalzo: Nino Quincampoix. Tiene dos trabajos: de fantasma en un túnel del terror y otro en un sex-shop. Colecciona las fotos abandonadas en los fotomatones y busca desesperadamente identificar al hombre que aparece en ellas una y otra vez. Sin embargo, esta búsqueda se ve interrumpida por su encuentro con Amélie.
A Amélie le fascina Nino pero prefiere jugar al escondite con él antes que descubrirse de verdad. Tras varios intentos decide escabullirse, pero afortunadamente el “hombre de cristal” un experto en replegarse sobre sí mismo le paga con la misma moneda al ponerla en los brazos de Nino.
La misión de Amélie se ve trastocada por la llegada de un extraño chico descalzo: Nino Quincampoix. Tiene dos trabajos: de fantasma en un túnel del terror y otro en un sex-shop. Colecciona las fotos abandonadas en los fotomatones y busca desesperadamente identificar al hombre que aparece en ellas una y otra vez. Sin embargo, esta búsqueda se ve interrumpida por su encuentro con Amélie.
A Amélie le fascina Nino pero prefiere jugar al escondite con él antes que descubrirse de verdad. Tras varios intentos decide escabullirse, pero afortunadamente el “hombre de cristal” un experto en replegarse sobre sí mismo le paga con la misma moneda al ponerla en los brazos de Nino.
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