martes, 2 de marzo de 2010



PROYECCIÓN MARZO 5
Lugar: I.E. San José del citará.
7:15 pm Sala de video.
Entrada libre




Título original: Dancer in the dark

Dirección y guión: Lars Von Trier

Año: 2000.

Género: Drama Musical.

Música: Björk

Cámara: Lars Von Trier

cuenta con las actuaciones de la cantante islandesa Björk, Catherine Deneuve, David Morse, Peter Stormare, Joel Grey.


La película se desarrolla en Estados Unidos en el año 1964. Selma (Björk) es una inmigrante checa que se muda a aquel país con su hijo Gene. Además padece una enfermedad hereditaria degenerativa que le está ocasionando una rápida ceguera progresiva. Por este motivo Selma ahorra centavo a centavo en una lata que guarda en su cocina para pagar una operación que evite que su hijo sufra el mismo destino.

Selma participa en la obra teatral The sound of music donde comienza a quedarse ciega. Cuando su vida es aburrida y miserable, comienza a tener alucinaciones donde ve a la gente en números teatrales. La vida de Selma comienza a ser una auténtica ruina; uno de sus supuestos amigos la traiciona, le ocurren cosas malas en parte por culpa de sus alucinaciones y otra por su enfermedad irreparable.

Varios musicales irrumpen en la pantalla con melodías y coreografías atrapantes .

Tomando parte del “Dogma 95”, el director Lars Von Trier (“Contra Viento y Marea”) utiliza por momentos la cámara al hombro, inquieta, con primeros planos que van agilizando el desarrollo de la historia: los hechos se suceden sin dilaciones, la confesión del policía, el secreto de Selma, sus sueños musicales (filmados con 100 cámaras fijas), la ceguera, el robo, el asesinato, el tribunal, los 107 pasos hacia el patíbulo... Intensa, dramática, “Bailarina en la oscuridad” cautiva desde el dolor, desde la opresión, desde el contraste, desde esa repentina ausencia de lógica entre una realidad sin retorno y la proyección musical que desencadena inmediatamente en Selma.

El sufrimiento de la heroína será el del espectador. La música cumple aquí con uno de sus objetivos fundamentales: embellecer la vida, derribar discriminaciones y fronteras. Y ser el único pasaporte hacia el Más Allá y no hacia la muerte, subtexto constante de Lars Von trier en este film, donde reluce un romanticismo más cercano al Charles Chaplin de “Tiempos modernos” que al “West Side Story” de los 60 del siglo XX, dentro de un surrealismo escenográfico, talentoso y, por momentos, fascinante.




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